Una sospecha
En los pasillos del Hospital, una maruja histérica viola mis tímpanos con un concierto de quejumbrosos lamentos.
–Ay, ay, ay. Que no, que mi hija no es anoréxica, lo que pasa es que lo quema todo.
–Ah, ¿su hija de usted es fallera?
Para que luego digan de las princesas…
[Una apreciación de mi tía Zita: “O sea, ¿que fue La Dientes la que quemó el Windsor?” Así se escribe la historia. Al final, Nerón y la Mujer Esquemática estarán unidos por su amor a la letra impresa, sobre todo si son “una joya literaria” (o bisutería en su defecto, bonita), y a la piromanía.]
–Ay, ay, ay. Que no, que mi hija no es anoréxica, lo que pasa es que lo quema todo.
–Ah, ¿su hija de usted es fallera?
Para que luego digan de las princesas…
[Una apreciación de mi tía Zita: “O sea, ¿que fue La Dientes la que quemó el Windsor?” Así se escribe la historia. Al final, Nerón y la Mujer Esquemática estarán unidos por su amor a la letra impresa, sobre todo si son “una joya literaria” (o bisutería en su defecto, bonita), y a la piromanía.]
3 Comments:
jajajajaaaaaa.... ¡¡pero qué malo eres! (y si la dientes es la misma que yo pienso, te puedo decir que está hueca y muy hueca y que debajo de chaquetas y abriguitos... me temo que no hay más que aire)
Saf ;-))
Jjajajajajaja que bueno!
Yo lo que sospecho es que le has entrado al fist fucking y no te puedes sentar ni a escribir otro post, babykiller.
Nos tienes en ascuas!
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