Censura, un mal necesario
Hay palabras que deberían estar prohibidas:
Iconos
Mítico
Histórico
Legendario
Glamour
Taburete
Rebeca (prenda, no De Winter)
Búcaro
A propós de búcaro, hay una historia familiar muy simpática. Al parecer, mamá era muy, muy cursi ya desde jovencita (fue una pionera de las mechas a lo Holly Goligthly o Katia Loritz, en plan bizarro). Un día, volviéndose a su madre, le dijo:
–Mamá, ¿podrías acercarme ese búcaro?
–Desde luego que no, hija mía –replicó mi abuela, dejando a un lado la labor de punto–; no pienso pasarte nada parecido. A no ser que te refieras al jarrón, claro.
–¿Y cuál es la diferencia?
–La diferencia es que, mientras yo viva, ninguna hija mía se expresará como la heroína de una novelucha de Carmen de Icaza. Esa mujer debería arder en una pira hasta que no queden de ella ni las perlas.
Desde entonces, en casa tenemos prohibida una lista de palabras que mamá considera el colmo de la cursilería o, para el caso es lo mismo, del mal gusto. Además de las prohibidísimas, añadiré:
Aprehender
Evanescente
Popó, pipí (y derivados)
Tanga
Licra
Cabello
Creativo
Casquivana
Período
Aroma
Degradé
Plataforma
Sempiterno
Redivivo
Crêpe de Chine (no es una palabra, pero como si lo fuera; especialmente cuando lo que se define como crêpe de chine no es otra cosa que un jirón de poliéster, otra palabra prohibida)
Crêpe (en todas y cada una de sus manifestaciones)
Deconstruido
Ebrio
Y una largo, laaaaaargo etcétera.
Iconos
Mítico
Histórico
Legendario
Glamour
Taburete
Rebeca (prenda, no De Winter)
Búcaro
A propós de búcaro, hay una historia familiar muy simpática. Al parecer, mamá era muy, muy cursi ya desde jovencita (fue una pionera de las mechas a lo Holly Goligthly o Katia Loritz, en plan bizarro). Un día, volviéndose a su madre, le dijo:
–Mamá, ¿podrías acercarme ese búcaro?
–Desde luego que no, hija mía –replicó mi abuela, dejando a un lado la labor de punto–; no pienso pasarte nada parecido. A no ser que te refieras al jarrón, claro.
–¿Y cuál es la diferencia?
–La diferencia es que, mientras yo viva, ninguna hija mía se expresará como la heroína de una novelucha de Carmen de Icaza. Esa mujer debería arder en una pira hasta que no queden de ella ni las perlas.
Desde entonces, en casa tenemos prohibida una lista de palabras que mamá considera el colmo de la cursilería o, para el caso es lo mismo, del mal gusto. Además de las prohibidísimas, añadiré:
Aprehender
Evanescente
Popó, pipí (y derivados)
Tanga
Licra
Cabello
Creativo
Casquivana
Período
Aroma
Degradé
Plataforma
Sempiterno
Redivivo
Crêpe de Chine (no es una palabra, pero como si lo fuera; especialmente cuando lo que se define como crêpe de chine no es otra cosa que un jirón de poliéster, otra palabra prohibida)
Crêpe (en todas y cada una de sus manifestaciones)
Deconstruido
Ebrio
Y una largo, laaaaaargo etcétera.
6 Comments:
Super a favor de la "censura", la mejor palabra desde "genocidio".
Jajajajaja. Y progromo.
Ya conociste a mi tía, la Arpía?
http://doppelanger.blogspot.com/2005/06/arpa.html
Qué divina. Deja a mi tía Zita en mantillas.
Tu tía Zita no tiene parangón (otra palabra para censurar).
Modestamente, añado "fémina".
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