Bricolaje ocular
–¿Qué es ese olor?
–Creo que es mi padre. Se le han infectado las cuencas.
–Pero, bueno, eso no es ningún problema.
Dicho y hecho, La Retorno, mujer preparada donde las haya, ha sacado del bolso un par de bolitas de alcanfor, les ha pintado una pupila con el eye-liner y se las ha colocado a papá en un periquete (es lo que tiene ser un poco transfomer, que dominas el bricolaje corporal como otras dominan el corte al bies). Ahora parece un muñeco tagalo en toda regla.
–Creo que es mi padre. Se le han infectado las cuencas.
–Pero, bueno, eso no es ningún problema.
Dicho y hecho, La Retorno, mujer preparada donde las haya, ha sacado del bolso un par de bolitas de alcanfor, les ha pintado una pupila con el eye-liner y se las ha colocado a papá en un periquete (es lo que tiene ser un poco transfomer, que dominas el bricolaje corporal como otras dominan el corte al bies). Ahora parece un muñeco tagalo en toda regla.
1 Comments:
Me parece una solución equilibrada. ¿Qué haríamos sin personajes como La Retorno a mano en familias que no han sido dotadas de miembros que hayan pasado por la facultad de Bellas Artes?
Porque en estos casos es mucho más fácil: un pegote de escayola o greda, un brochazo por aquí, otro por allá, y te hacen realidad tu sueño, tener los dos ojos azules, por ejemplo, en un periquete.
La Retorno debería tener vitaliciamente una beca Fulbright.
Un beso.
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