Monday, August 08, 2005

¿Síndrome de Estocolmo? Un rápido repaso al estado actual de mi familia

“Candela: ¡A Estocorrrmo!
Pepa: Claro. ¿Cómo he podido ser tan tonta…?”
Mujeres al borde de un ataque de nervios

Monólogo interior del autor:
Pues sí. Todos estamos a punto de coger ese avión que va a saltar por los aires en mil pedazos. Qué felices aquellos tiempos en una mujer podía decir: “No sabía que en Madrid había terroristas chiítas”. Pues sí, en Madrid también hay terroristas, pero no son chiítas, sino de aquí. Y, además de poner bombas, ocupan despachos.

Cielos, cómo comprendo a esa gente que pone bombas en las líneas de metro y autobús. La raza humana debería ser exterminada. Y lo será. Gracias a mí.

Comunicado de mi tía Zita (lo que es bueno para Belén Esteban, también lo es para mi tía Zita):
En las últimas semanas, mi sobrino ha estado ausente. No sólo físicamente, sino también en otros niveles. Reconozco un éxtasis en cuanto lo veo y él ha estado en contacto con Dios. Directamente y sin intermediarios. Gracias al Niño Jesús de Praga, creo que consiguió línea directa con el Supremo Hacedor y, entre farra y farra –ambos, Dios y mi sobrino, han hecho la ronda por todos y cada de los tugurios de esta Sodoma apocalíptica; y es que Dios, además de dipsómano, ha resultado ser un invertido de tomo y lomo–, han diseñado un Apocalipsis capilar para acabar con el mundo. Yo creía que ya vivíamos en un Armagedón capilar, pero no. Al parecer todo puede ir a peor y los malos pelos, también. Al fin del mundo por un corte de pelo equivocado. Al parecer, ésa es la consigna.

Y, a estas alturas, yo me pregunto: para como me ha salido Dios, casi me habría salido más a cuenta adorar al Diablo. Vamos, dónde va a parar.

Reflexiones maternas:
No tuve hijos, sino una camada de lobos. Más me valdría haber abortado o haberlos ahogado en una tina con agua y cal viva. No veo el momento de que mi familia estire la pata. No veo el momento de que dejen tranquila, en casa, con mi Marie Brizard.

Reflexiones paternas:
… (Flatulencia) … (Otra flatulencia) … (Otra más; mi padre no piensa, bastante tiene con la aerofagia, el pobre. Y con las hemorroides).

Últimas palabras de mi hermana:
Bilocarte no es ninguna bicoca. Ahí hay un hombre que dice ay. La lluvia en Sevilla es una pura maravilla, sobre todo cuando es ácida.

Y mi hermano:
A mi que no me llamen alcohólico. A mí que me llamen borracho. Es que odio las palabras esdrújulas.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home