Wednesday, April 27, 2005

Las bodas de la semejanza

Menos matrimonio y más decoro. Sobre todo a la hora del tallaje y el color –y corte– de pelo.

La Retorno es tajante en sus opiniones. Es más que eso, es inflexible:

–Si un marica se quiere casar, por mí no hay ningún problema (llevan siglos haciéndolo: San Baco y San Sergio estaban más hermanados que Raphael y Natalia Figueroa y nadie se rasgó las vestiduras; bueno, hasta que se las rasgaron a ellos). Pero si un marica se quiere casar con el pelo teñido, o con perilla, o peor aún: con el pelo teñido y perilla… Ah, no. En ese caso, no hay derecho civil que valga. A la hoguera con él.

Por su parte, mi madre tampoco se ha abstenido de opinar sobre el tema:

–Yo es que no entiendo nada de nada. En mis tiempos los maricas no se casaban, te casaban.

–Me temo, querida, que sigue pasando lo mismo –ha replicado mi tía Zita, que desde que volvió del Vaticano anda un poco descreída.

–Pero, entonces, ¿esto es definitivo?

–Sí, hija mía.

–¿Y una tortillera qué hace después con su traje de novia? ¿Lo aprovecha para una mesa camilla?

–O para unos estores.

–Qué país…

–Qué mundo…

La Retorno, a todo esto, ha salido de la cocina con una bandeja de picatostes y ha sido mano de santo. Las varices de mi madre, habitualmente de un lívido tono amoratado, se han puesto de un púrpura intenso, mientras mi tía ha empezado a salivar como una hiena a los pies de Gregory Peck, un espectáculo –dantesco– que me ha puesto los pelos como escarpias.

–Por mí, como si se casan con un ornitorrinco –ha dicho mi tía–. Trae pa’cá esos picatostes.

–Diga usted que sí –ha replicado La Retorno–: contra la mala conciencia, nada como la grasaza.

–Y tú que lo digas, niña.

2 Comments:

Blogger Manuel said...

El fin del mundo empieza por España.
Habiendo tantas cosas por reivindicar y andar por ahí exigiendo formar parte de la institución máss patética de todas: el matrimonio y además querer parecer moderno por eso...
¡Lo que hay que ver!

April 27, 2005 at 8:30 AM  
Blogger Madame X. said...

Diga usted que sí. Cuán sabio es, Doppelganger, cuán sabio.

April 27, 2005 at 8:54 AM  

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