Monday, June 27, 2005

¿Alguien tiene un rizador de pestañas? ¿Y una mascarilla de oxígeno?

A estas alturas, una crónica del espanto, esperpento o espectral comuna de momias sacadas de Medina del Country carece del menor sentido. Sólo os diré que el cafetín gay hizo una de las mayores cajas de su historia gracias a las asociaciones pro-vida de la España más profunda y negra (o gris ala de mosca).

En fin, el caso es que la semana pasada no pude ni detenerme a respirar y esta parece que va por el mismo camino. Quien quiera actualidad, que se vea el Nodo de cabo a rabo. Al fin y al cabo –os lo garantizo–, España no ha cambiado tanto en los últimos 50 años.

Y esta semana, por si fuera poco, la cofradía se pone en pie de guerra. Cielo Santo, me voy de España. Ha llegado el momento de bilocarse y despertar en otro país… Qué coño, en otro planeta.

Quien busque un poquito de calor humano, que se acerque a una pira y arda hasta las cenizas. He dicho.

Monday, June 20, 2005

La familia sí importa

Zapatero tuvo mamá y papá: ¿por qué yo no?"

–¡Pues porque tú eres un engendro de la naturaleza con labio leporino, coño!

La Retorno perdió los papeles el otro día. Una mujer (o casi) tan divina como ella y resulta que cuando más falta le hace ser Una Dama se comporta como una perdularia. No es para menos, hasta yo perdí un poquito los papeles.

En fin, el caso es que el sábado, Larre, mamá, mi tía Zita y yo nos dirigimos a ese lodazal llamado Distrito Centro, para mezclarnos con la hez de la sociedad, llegada de todos los puntos del mapa (algunos de ellos, ni siquiera venían en el mapa) y clamar en contra de esa aberración llamada matrimonio gay (no, no estábamos hablando de Raphael y Natalia Figueroa, aunque lo parezca).

Mamá y la tía Zita rápidamente hicieron amistad con un ave del paraíso (capilar) recién escapada de un parque ornitológico, que llevaba la bandera española a modo de capita (rollo ultrasuede muy Halston), hasta que resbaló de sus hombros y cayó al asfalto, junto a una jeringuilla.

–Señora –le dijo La Retorno–, que se le ha caído España.

–Ay, gracias, ¿ustedes también se unen a la cruzada?

–Faltaría más, señora. Por cierto, me encanta su pelo (en singular).

Y llevaba razón. ¿Por qué ningún periódico ha dado el que, a mi juicio, es el gran titular de la manifestación del sábado: “La derecha española da una lección a la izquierda en democracia. Antes de ir a la mani van (en procesión) a la peluquería”?

Mamá, sin ir más lejos, fue por la mañana a Adolfito, su hairdresser de cabecera, y le dijo:

–Adolfito, lúcete. Crepa sin piedad. Hasta que parezca un zigurat. Esta tarde me voy a la mani en contra del matrimonio marica y quiero salir reguapa en el telediario.

–Señora, yo…

Adolfito, además de su estilista y confesor, es su pedé de cort. Pero Adolfito, según mamá, “no es un maricón de esos que liga en los baños, no; lo único que le pasa a Adolfito es que es muy sensible…” Y lleva razón, Adolfito supura sensibilidad. Sentido, sensibilidad y ginebra.

En fin, el caso es que la señora de la bandera de España y mi tía Zita rápidamente hicieron muy buenas migas pues tenían un montón de intereses comunes, a saber: mechas, pashminas, Tous (la marca), el anís –aquí mamá hizo un montón de aportaciones llenas de sabiduría: “Olvídate del Marie Brizard, nena, donde se ponga anís El Mono…”–, los mejores anticuarios –“A mí es que pulir muebles antiguos es lo que más me relaja” “Huy, qué antigua… Yo prefiero pulirme la Visa de mi marido”– y los mejores peluqueros –“¿Y a mí qué me importa si lo son… mientras me dejen divina?”–; en fin, lo de siempre.

El caso es que, una vez metidos en harina, nos encontramos con Lector Ileso, que iba con un bolso al que mi tía Zita rápidamente le echó el ojo.

–¿Prada?

–Señora, aparte las zarpas…

Lector ileso es divino. Pero cuando le tocan el Prada es capaz de sacar al analfabeto que todos llevamos dentro.

El caso es que Lector Ileso y yo, cogiditos de la mano, nos internamos en Sol. Una invasión de momias nos cercó, haciendo sonar sus abalorios.

–¡Qué miedo! –dijo L. I.–. La verdad es que a mí esto no me hace ninguna gracia.

–No seas bobo –intervino La Retorno–, no es por nosotros… Es por la música.

–¡Santo Cielo! ¡¿Qué es esto?!

En aquel momento, por megafonía, empezaron a sonar los Payasos de la Tele (bueno, todos no, Fofito no pudo asistir a la mani porque en aquel momento estaba en una clínica de desintoxicación): “No hay nada más bonito que una familia unidaaaaaaaaaaaa”.

–Creo que me he pasado con el vinazo –dijo Larre.

–Para nada –dijo L. I.–. Creo que ahora es cuando más lo necesito.

Dicho y hecho, dejamos la manifestación atrás y dirigimos nuestros pasos hacia un oasis de civilización en medio del infierno –en sentido literal, ya que a nuestro alrededor familias enteras se desplomaban sobre el asfalto, al grito de “La familia sí importa…”

–Y que lo digas –replicó Lector Ileso–. La Botín.

En fin, el caso es que cuando llegamos al Del Diego… Ooooh, nuestro gozo en un pozo. Y, en su lugar, tuvimos que refugiarnos en un cafetín marica esperando escapar del horror. Craso error. El horror siguió nuestros pasos hasta el cafetín…

Pero eso casi mejor lo cuento mañana.

Thursday, June 16, 2005

¿Yo? Súper a favor del integrismo católico y la pedofilia

Este sábado, La Retorno y yo vamos a manifestarnos en contra de esa aberración llamada MM (Matrimonio Marica). Larre amenaza con ir “casi ofensivamente maquillada”, lo que en su caso sospecho que puede ser un cuadro de Malévich en toda regla –en cada una de las mejillas–; respecto a mí, me ha encontrado “un traje de la primera comunión victoriano sencillamente divino. Te vas a hartar de chupar pollas.”

Porque, claro, una cosa es el integrismo católico (súper a favor) y otra, muy distinta, la pedofilia (más a favor todavía, claro… por la cuenta que me trae).

–Pues me viene fenomenal, porque a mí me daba pereza ir sola –ha terciado mi tía Zita, con gran alharaca de abalorios, medallas y escapularios (por no hablar del crucifijo de lapislázuli de tamaño natural que porta sobre un par de tetas espléndidas)–. Pero, claro, si vais vosotros, mucho mejor. Así me hacéis compañía…

–Además, que puede ser muy divertido cómo os parten la cara –ha añadido mamá, que desde que se colocó los zarcillos nuevos parece un árbol de Navidad poliquístico–. Yo también me apunto.

–Y yo, y yo… –ha saltado papá, como una gata en celo (sé de lo que hablo, porque la vecina de arriba es de ese tipo de mujeres que viven solas con su gato y sacian sus tendencias sádicas con frotando un bastoncillo de los oídos sobre el clítoris de su mascota; “es que me encanta la algalia”, replica la muy cerda cuando la veo por el patio de luces (pocas).

–¿Y tú para qué vas a ir si no ves un pimiento?

–Pues también es verdad.

–Ay, este hombre, lo que le gusta joder la marrana.

–Y que lo digas –ha susurrado mi tía Zita, ajaponesando los ojos y llevándose las manos a la medalla de la Virgen de Regla (oro de 24 kilates: un medallón).

El próximo lunes os contaré porque mañana tengo prueba de vestuario. Y yo, en cuanto tengo a un travesti de rodillas –con un puñado de alfileres en la boca, mmmm–, me conozco y se me va la mano…

Wednesday, June 15, 2005

Bricolaje ocular

–¿Qué es ese olor?

–Creo que es mi padre. Se le han infectado las cuencas.

–Pero, bueno, eso no es ningún problema.

Dicho y hecho, La Retorno, mujer preparada donde las haya, ha sacado del bolso un par de bolitas de alcanfor, les ha pintado una pupila con el eye-liner y se las ha colocado a papá en un periquete (es lo que tiene ser un poco transfomer, que dominas el bricolaje corporal como otras dominan el corte al bies). Ahora parece un muñeco tagalo en toda regla.

Friday, June 10, 2005

Charcutería fina

Ayer, papá se arrancó los ojos. Por error, claro.

Hoy, mamá luce un par de bonitos zarcillos muy avant garde. Un tanto vidriosos, eso sí.

Thursday, June 09, 2005

Realidad. Para pegarse un tiro

Cuando la realidad deja de interesarte, la verdad es que poco (o nada) se puede escribir. En las últimas dos semanas, mi relación con la realidad es nula. “Lo importante es tener una visión”, suele decirme un amiguito que no lee los libros, los esnifa (o eso o se ha inventado un método de lectura rápida que ríete tú de Woody Allen). Pues bien, mi visión de la realidad, siempre bastante negra, ha pasado a ser zahína. Si estuviese en mi mano, decapitaría al 90 por ciento de la población mundial. Miento. Decapitaría al 98 por ciento.

En fin, gracias a Dios siempre me quedará el recurso de escuchar a mi tía Zita y sus comunicaciones con el Más Allá. Lo último es:

–En efecto. La Virgen María no dio a luz a Jesús por cauces naturales. ¿Cómo iba a hacerlo si era travesti?

–¡¿Cómo?!

–Me lo dijo Dios ayer. Borracho. Otra vez.

–¿Y María Magdalena?

–Otra drag. De hecho no era puta, sino transformista en un club para centuriones… ya sabes, de la cáscara amarga.

–¿No insinuarás que Jesucristo era…?

–Pues, chica, ¿qué quieres que te diga? A este paso, tal y como están las cosas, resultará que hasta el Caudillo era marica.

–¿Y Carmen Polo?

–Pues otro transformer.

–Mmmmmm. Eso explicaría su afición por las perlas.

–Y por los cardados.

Para pegarse un tiro.

Thursday, June 02, 2005

¿Disfuncional? Métete en tus asuntos

Recojo a mamá del suelo. Hecha una ruina. Un día de estos la encontraré ahogada en su propio vómito.

–Hijo mío, hijo mío, hijo mío…

Ay, qué risa.

[Y, como premio, una bonita cita de Anton Chejov: "¿Aristócratas? Los mismos cuerpos feos y sucios, la misma vejez desdentada, la misma muerte repugnante que las verduleras".]

Wednesday, June 01, 2005

Mi hermana acaba de una vez por todas con los rumores y las especulaciones

No sólo San Martín de Porres o Santa Rosa de Lima (o San Antonio de Padua) tienen el don de la bilocación. No. Mi hermana también. Ayer, sin ir más lejos, estuvo en casa tomando café mientras perpetraba un atraco en una gasolinera de Ohio. Eso nos dijo, con la boca llena, mientras se metía un puñado de pastas en los bolsillos “para Gorka, que es tan goloso… Está de los muffins hasta el último pelo, no os podéis imaginar”.

La verdad es que está mucho más gorda (“hecha un truño”, en palabras de mamá, que yo suscribo): entre las caderas y las mejillas escrofulosas marca de la maison Botella se extiende lo que, nuevamente en palabras de mamá, sólo se podría definir como un “carro de carne”.

–Hija mía, estás horrorosa.

–Muchas gracias, mamá, tú siempre tan amable.

–No lo digo por meter el dedo en la llaga, bien lo sabe Dios. Pero es que, hija, estás que rebosas las costuras. ¿Has visto que lorzas?

–¿No os vais a comer las cookies de chocolate? En ese caso…

–Hija mía, por favor, con la boca llena no.

–Es la ansiedad, mamá. Lo de ser una forajida abre el apetito que no te puedes imaginar.

–Bueno, y que tú siempre has tenido muy buen saque.

–¿Y por qué antes no engordaba?

–Porque tu metabolismo lo quemaba todo. Pero, claro, después de lo del Windsor está claro que tu metabolismo ha tenido ya más que suficiente. No se le pueden pedir peras al olmo. ¿O es que no te has fijado que todos los pirómanos están como una boya?

Me temo que las teorías sobre el género humano de mi madre son un tanto demenciales.

–O sea, que ahora Gorka y tú sois como Bonnie & Clyde, pero deformes.

–Mira, si te vas a poner imposible, cojo el bolso y me voy…

–Mujer, si lo digo por las quemaduras. Es un hecho constatable. ¿O no?

–Bueno, di lo que tengas que decir y márchate, que no tengo todo el día. Mira el cerro de plancha…

Mi hermana ha puesto un gesto solemne, se ha llevado la mano –con una retención de líquidos escalofriante (el licor de maíz es lo que tiene)– al pecho, y ha declamado con voz sepulcral (ad hoc para el mensaje):

–La Lozano miente. Ylenia está más tiesa que la mojama. Te lo digo yo, que la semana pasada estuve en Nueva Orleans

–Ah, qué ilusión. ¿Y cómo es?

–Ylenia.

–No, Nueva Orleans.

–Muy pegajosa.